La luz no permite ver las diferentes tonalidades del maravilloso hilo de seda, pero os lo podeis imaginar ¿verdad? Otro gustazo es el tacto y el cuerpo que da al bordado.
Cada vez me gusta más el resultado.
Como la mítica Arácne, condenada a tejer eternamente convertida en araña tras desafiar a la diosa Atenea, o como Penélope, fiel esposa de Ulises, entregada a tejer un tapiz que de noche deshacía para ganar tiempo y esperar el regreso de su amor, así estoy ligada yo al bordado.
2 comentarios:
Pero ¡que aplicada eres¡. Te está quedando precioso.
Besos
¡Muy bonito! Te está quedando precioso.
Un saludo, María.
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